Las sucias manchas de aceite en los aparcamientos cuentan una historia: Muchos vehículos sufren pérdidas de aceite. Se estima que el 46% de los vehículos pierden fluidos, con más de 190 millones de litros escapándose al medioambiente en Estados Unidos y cifras similares en Europa. En España, que el año 2016 tenía un parque de más de 31 millones vehículos con una edad media de 12 años, la estimación se dispara hasta un 51% de los vehículos con pérdidas. Y el problema no se limita sólo a los vehículos – todas las industrias padecen pérdidas persistentes de aceite.
La principal causa es el deterioro de las juntas, ya que los materiales elastómeros de las juntas suelen ser los primeros componentes afectados por el paso de los años, por el calor excesivo y por las incompatibilidades de los lubricantes. Las juntas siguen encogiéndose y endureciéndose y en consecuencia el problema de las pérdidas de aceite empeora.
Si no se remedia, las pérdidas de aceite por las juntas pueden llegar a destruir equipos caros debido a las fugas constantes de lubricante.
Los altos costes:
Un estudio realizado por Mobile Oil sobre el consumo de aceite en los sistemas hidráulicos de EEUU debido a juntas que pierden, publicado en Lubes’ n’Greases demuestra que, “…cada año, la planta media consume cuatro veces más aceite de lo que realmente cabe en sus máquinas. …una vez que una junta falla y empieza a perder fluidos… las pérdidas resultantes continúan sin parar y pronto, los responsables del funcionamiento y mantenimiento de la planta aceptan la pérdida como algo normal. Esto cuesta millones de dólares anualmente en la pérdida de fluidos externos, tiempo extra en mantenimiento innecesario y daños al medioambiente”. El factor coste persiste a través de las cajas de engranajes, compresores, motores, y otra maquinaria de la industria, y aumenta dramáticamente con unas normas medioambientales cada vez más restrictivas.
Las fugas de aceite en los motores, transmisiones, diferenciales y cajas de dirección asistida de automóviles también persisten ya que se retrasan las reparaciones debido al alto coste de la sustitución de las juntas. Muchos automovilistas ignoran el problema y prefieren conducir vehículos con pérdidas antes que pagar las reparaciones.
La Solución:
El tapa-fugas QMI LiquiSeal proporciona la solución, poniendo fin a las pérdidas de aceite restaurando la elasticidad de las juntas y retenes, aumentando suavemente el tamaño de los mismos hasta que llenen los huecos causantes de las pérdidas. La fórmula de alta calidad de LiquiSeal, no contiene ningún disolvente aromático ni sustancias agresivas como cloro, acetona, cetonas, u otros productos químicos que puedan dar lugar a un engrosamiento incontrolado del retén o de la junta y la pérdida de elasticidad. Diseñada para todos los equipos lubricados, la facilidad con que se aplica QMI LiquiSeal proporciona un alivio a todos los que actualmente trabajan con pérdidas de aceite, con la prevención de las pérdidas de aceite y el mantenimiento continuado de los sistemas de lubricación.